No solo tuvo que doblegar una parte de si para que el influjo de la experiencia que habia padecido no erosionara su voluntad de comprender el signo de su tiempo: Hanna Arendt debio ademas enfrentar un abismo real: mirar el rostro de lo que hasta entonces era inedito, reflexionar con preciosismo sobre tales simbolos y movimientos, teorizar sobre la explosion enloquecida de un mal imprevisto que devastaba toda la experiencia de la Humanidad: el totalitarismo.
(Rivera , Nelson - 13/10/2006 05:00:35)
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