Qué sucede con el proyecto Conga

Lo que no se dice del proyecto Conga
PCAV: Percy Cayetano Acuña Vigil
 

Resulta irónico leer todas estas semanas mucho texto sobre el problema del proyecto minero Conga, como si fuese la primera vez que se desea iniciar un proyecto minero.

Estos escritos postulan por un lado un debe hacerse y esperan mucho. Hay un deseo candoroso de que todo se solucione felizmente y que todos queden contentos, perro, pericote y gato. Por otro lado las voces de la ignorancia, del rencor de la envidia y de la desinformación quieren destruir lo poco que se tiene en haber.

La evidencia es una sóla, el Estado no ha aprendido después de tantos años de proyectos mineros y de que este Estado es el de un país minero incluso desde antes de la ocupación española, por lo que debería haber aprendido algo.

Todo proyecto minero tiene reglas de juego que las fija el Estado, pues esa es su función. Si esas reglas de juego no están establecidas no se le puede pedir a las empresas que las fijen, pues esa no es su función, ni a entidades que no tienen las bases mínimas tecnológicas para hacerlo. Menos aún a las comunidades locales.

Frente a esta inoperancia han surgido agentes ideológicos interesados que son quienes han capitalizado las ausencias de Estado y de tecnología apropiada para preservar su naturaleza de ente rector.

Todos se sienten hoy día que son quienes deben decir que es lo que se tiene que hacer, pero hasta unas semanas nadie estaba interesado en decir nada al respecto. Los proyectos mineros se han venido desarrollando sin que nadie intervenga, salvo los propios interesados y los mecanismos de poder local en su esfera de influencia.

No es aceptable como el proyecto más importante que se va a desarrollar en el país, no tiene ninguna previsión planificada por el Estado al respecto y antes bien a raíz de los sucesos en Cajamarca es que se está hablando del asunto incluso sólo en términos políticos, pero no técnicos.

Capacidad para establecer las pautas técnicas que debe seguir la minería en todos los aspectos de planificación que la involucran tanto a nivel nacional como regional: Gestión del estado en cuanto a lo que implica la minería, gestión de cuencas, acondicionamiento territorial, saneamiento ambiental, planificación rural, planificación regional, evaluación e impacto ambiental, etc.  Todas acciones de planificación que hoy día brillan por su ausencia y que sin las cuales las inversiones marchan y marcharán a la deriva sin elementos de referencia, de previsión y de coordinación.

Esto sucede en parte por la miopía de rechazo a toda acción de previsión por parte del Estado y a dejar que las empresas actúen sin parámetros de referencia, en un contexto que requiere por lo menos protección y defensa.

Esta es la definición que se requiere para canalizar las inversiones y ante cuya ausencia seguirán presentándose situaciones en las que el Estado aparecerá  como bombero para apagar incendios que no está en capacidad de prever ni gestionar.

Esta situación no le confiere al estado una imagen de eficiencia y lo torna en uno caótico y en donde las inversiones de hecho no son seguras ni rentables, desaprovechando todos los beneficios que implica sus ventajas comparativas como hub de inversiones en el contexto de la globalización.