El reparto de papeles ha observado el guión preestablecido. La única sorpresa ha sido la elección de Li Yuanchao como vicepresidente de China. Aunque se trata de un cargo honorífico, su elección en detrimento de Liu Yunshan, el candidato natural por su condición de quinto en la jerarquía y rector de la Escuela Central del PCCh, refuerza el mensaje de un consenso alargado entre las diferentes facciones sobre la base del rechazo a cualquier involución, de reforma dentro del sistema y de profundización de la apertura.
Con un lustro por delante, el proyecto que ahora se inicia tendrá como epicentro el desmantelamiento de los mini-estados que representan algunos ministerios, auténticos virreinatos sectoriales que servían de trampolín (o tumba, según el caso) a las ambiciones de sus titulares. Que se haya tomado como ejemplo de dicho empeño el todopoderoso y cuestionado ministerio de ferrocarriles, con más de dos millones de empleados, policía y tribunales propios, ilustra lo inquebrantable de la decisión de los nuevos mandatarios de apostar por la reducción del intervencionismo público y más mercado.
El País: Madrid 18-02-13
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