Percy Cayetano Acuña Vigil

Pagina organizada por Percy Cayetano Acuna Vigil, esta dedicada a temas de informacion y de discusion del urbanismo, el planeamiento y la arquitectura, enmarcados por mi vision de la filosofia politica.

Comentarios recientes

Se encuentra usted aquí

La arquitectura y su epistemología

Percy Acuña Vigil

El arquitecto el arquitecto en griego: jefe de los obreros, jefe,y obreroel que dirige las obras de construcción. Etimológicamente, la palabra arquitectura procede del griego. Es la conjunción de arje, el principal, el que manda, el principio, el primero, y tekton, que significa construir, edificar.

Es el primero de entre aquellos que realizan la tarea de construir. Por un lado es el que define las bases, los principios. Por otro lado, es el que dirige, el que manda en la actividad constructiva. La arquitectura, como actividad, como oficio, es el conocimiento y la práctica que permiten llevar a término estas funciones: determinar aquello que es básico para construir un edificio y también tener la responsabilidad de llevar a término algo determinado.

La casa, como el lugar del habitar, se encuentra en el origen de la arquitectura; y el arquitecto es aquel capaz de hacer esas casas. Para Vitruvio, el arquitecto debe conocer la Filosofía, las Matemáticas, la Poesía, la Música y muchas otras disciplinas para ser capaz de de dar respuesta a todo aquello que estas disciplinas enseñan del significado de la cultura humana.La actividad del arquitecto acaba resolviéndose en la práctica de la edificación.

Sin embargo esto solo es posible si esta actividad práctica no se fundamenta en conocimientos teóricos prestados por otras fuentes de conocimiento.

Veamos en que consiste la arquitectura en base a definiciones formuladas a lo largo de la historia. 

Kant ubica a la arquitectura como perteneciente a las artes figurativas y dentro de estas, en la “primera especie de bellas artes figurativas”. Sin embargo según Kant la arquitectura, en principio, no pertenece a aquello que se entiende por mundo del arte, precisa y paradójicamente a causa de la definición kantiana de belleza.

La inmanencia critica de la arquitectura moderna, no es, ni siquiera, similar a las de las obras de arte; tiene demasiados intereses prácticos y destinos externos a ella misma que la justifican. (Aunque no puedan, en principio, tener interés crítico)

 En la Crítica del Juicio Kant se anticipa ya a la autonomía y el desinterés de lo estético, idea que continuará vigente en el curso de la  estética moderna y contemporánea. El juicio de gusto fundado en la "pura satisfacción desinteresada" [1], diferencia el placer "puro" que sentimos ante la contemplación de lo bello, del placer "interesado" propio de lo útil o de lo moral.

En palabras de Kant, "el juicio de gusto no es un juicio de conocimiento (ni teórico ni práctico), y, en consecuencia, no se funda en conceptos ni se hace con vistas a ellos."[2]. Al fundar este principio, Kant  se convierte en el primero en defender la autonomía de lo estético respecto de los fines prácticos y del concepto teórico.

De aquí que la teoría kantiana del arte como valoración autónoma de un modo de conocimiento estético, defina la belleza como "la forma de la finalidad de un objeto, cuando es percibida en él sin representación de un fin."[3].

La finalidad de la belleza es "finalidad subjetiva" o "finalidad sin fin", esto es, que es libre de conceptos y significados, que no se adecua a un fin (utilidad-funcionalidad), ni siquiera, a la perfección del objeto estético[4]. Lo cual no significa que el arte no pueda despertar interés, ni que el arte sea indiferente a la vida o viceversa. Significa, no tener ningún interés práctico en lo "representado", en el objeto portador de una función estética[5].

En la Estética kantiana el concepto de juego aparece, a su vez, unido a este principio de autonomía en cuanto "juego libre de las facultades de conocimiento, imaginación y entendimiento[6]." El juego libre de estas facultades (el hecho de que entren libremente en juego) adquiere ese carácter de autonomía porque "ningún concepto las limita a una regla de conocimiento determinada".

El juego -que constituye el núcleo de toda creación y de todo lo imaginario- como el arte, no representa ningún concepto y el placer que provoca no es resultado de ningún sentimiento, de ninguna finalidad. Es "Finalidad sin fin".

En palabras del etnólogo Jean Duvignaud[7], es "sentimiento de una realización posible o prometida, pero que nunca va más allá de la metáfora, del "como si". (p.62). Juego y arte manifiestan una autonomía que les permite ser, y no sólo en sentido figurado, un mundo dentro del mundo.

En sentido opuesto la Arquitectura es un arte vital para Hegel, que estudio con riguroso criterio filosófico las artes particulares, de las cuales la primera es la arquitectura[1], quien señala: 

               Primeramente, tenemos ante nosotros la arquitectura como el comienzo fundado por la cosa misma. Ella es el comienzo del arte porque este en su iniciación no ha encontrado por lo general para la representación de su contenido espiritual ni el material apropiado ni la forma correspondiente, y debe satisfacerse así con la simple búsqueda de la verdadera adecuación y la exterioridad del contenido y el modo de representación. El material de este primer arte es en si mismo lo no espiritual, la materia pesada, y solo modificable según las leyes de la gravedad; su forma son las creaciones de la naturaleza externa unidas regular y simétricamente a un mero reflejo externo del espíritu y a la totalidad de una obra de arte.”   

              La arquitectura,…es el arte de lo externo, de modo que aquí las diferencias esenciales consisten en que lo externo, posea en sí mismo por consiguiente su significado o sea tratado como medio para un fin distinto de él, o se muestre, a la vez, como autónomo en esta sujeción.

William Morris en 1881, escribe en “The prospects of Architecture in Civilization.”“…La arquitectura abarca toda consideración del ambiente físico que rodea la vida humana…”, dándole una connotación amplia a la arquitectura, incluyendo al paisaje, cuando es modificado por el hombre, hasta las ciudades y sus edificios, incluyendo a todo lo que hay en las ciudades, mobiliario, maquinas herramientas, escritura, información, todo lo cual constituye su ámbito.

Por otro lado Adolf Loos en 1913 presenta una idea del todo opuesta. Sostiene que el mundo de las cosas cotidianas no necesita para nada a un arquitecto. Sostiene que la arquitectura, extendida es un peligro para la civilización, y que es un retroceso cultural. Para Loos la arquitectura solo se produce  cuando es capaz de despertar estados anímicos, experiencias precisas del espíritu.

En el análisis de la casa primordial de Le Corbusier se descubre inmediatamente que las intenciones del arquitecto van mucho mas allá de lo que se acostumbra por entender por respuesta funcional. Sus  casas ordenan estas funciones, las jerarquizan, proponen un ritual para aquello que la arquitectura ha imaginado como propuesta de vida.

Dado que la casa es una propuesta cultural, no puede ser igual,  en situaciones culturales diferentes y con concepciones diversas de las relaciones personales, familiares o con el trabajo que determinan el ritual del habitar. Estas obras demuestran conexión con los valores individuales y sociales, a los cuales hace referencia vital.

Además esto es solo posible gracias a la habilidad de la técnica. A diferencia de todas las formas diversas de conocer[2] el mundo, la técnica es una forma de actuar[3], que marca el dominio de la naturaleza.

Esto implica incorporación de la técnica de manera respetuosa, con plena conciencia ética, respecto a la naturaleza y al hombre, respetando los valores funcionales y estéticos que necesariamente se debe observar.

Se incorpora también una nueva sensibilidad frente a la sostenibilidad, al respeto con el medio y con el entorno, y a incorporar el reciclaje respetando las leyes geométricas, estructurales y ecológicas del paisaje[4].

El componente estético ha incorporado una programada operación de desmantelamiento de sus valores e incorpora los componentes del azar, el automatismo y el desorden.

El componente espacial a pasado a aceptar el anonimato de los no lugares, la frialdad de la realidad virtual, la promesa de un ciberespacio[5] poblado por sistemas de objetos que tiende a configurar cada vez mas un ambiente mediático en donde el protagonismo es el del diseño industrial[6].

El componente funcional ha dejado de ser preciso, se incorpora espacios escénicos de carácter teatral de forma neutra y de tecnología sofisticada. La predominancia del edificio contenedor susceptible de adaptarse al rápido paso del tiempo ha acabado por configurar formas neutras y redes de energía que permitan medios de comunicación y de control ambiental en cualquiera de sus puntos, soslayando la necesidad de programas funcionales rígidos.

Estos nuevos componentes han definido una nueva forma de ver la arquitectura y hacen necesario revisar la estrategia de diseño en todas y cada una de las áreas de intervención del arquitecto.  

Si bien la arquitectura está en parte condicionada al temperamento, como toda otra actividad humana, el estímulo que pone en marcha la creación es exterior. Debe responder con alta precisión a las necesidades de la comunidad, debe ambientar e interpretar las relaciones sociales, debe contribuir a resolver problemas que sólo en su ámbito pueden ser resueltos. La honda raíz social de la arquitectura exige que su enseñanza se oriente a proporcionar al profesional un serio dominio de su técnica, una certera concepción de su arte y una desarrollada capacidad creadora; pero sobre todo, ineludiblemente, el más profundo conocimiento del medio y sus problemas, y una conciencia clara de los objetivos hacia los cuales debe tender la sociedad.

Áreas de intervención

Las áreas básicas de intervención del arquitecto pueden esquematizarse en: Vivienda, Salud, Recreación, Educación, Trabajo, Comercialización e Infraestructura. Cada una de ellas requiere un nivel de especialización y una praxis constante[7].  

 Estas seis áreas de intervención tienen un referente general que es el planeamiento y el urbanismo, la construcción y la tecnología ambiental, la historia y las ciencias sociales, las cuales junto con la teoría y crítica, proporcionan los pilares de la formación en arquitectura.

En estas áreas temáticas resulta especialmente importante el papel de la teoría y de la crítica arquitectónica, la cual comporta un juicio estético. Esto implica que en la formación de los arquitectos es imprescindible desarrollar también la capacidad analítica y sintética, la sensibilidad, la intuición y el gusto. Esto forma parte de inculcar un compromiso ético por la mejora de la sociedad, por el enriquecimiento del gusto artístico, por la defensa de la arquitectura a sus fines.

Para que pueda desarrollarse esta posibilidad es necesaria una teoría de donde deducir los juicios que sustentan las interpretaciones y las decisiones de diseño.  Esta teoría procede del mundo del pensamiento, la ciencia y el arte.

 Este esquema permite tener una visión de las áreas de intervención del arquitecto.

Se reconocen estas áreas epistemológicas como campos del saber que marca sus límites.

Área Proyectual.
El Área Proyectual debe formar al estudiante en todas las escalas: del edificio, urbana y territorial.
El estudiante debe adquirir conocimientos, capacidades y herramientas para las distintas actividades involucradas, tales como: análisis, programación, diseño y evaluación.
El Área Proyectual debe integrar y poner en valor los conocimientos aportados a la actividad proyectual desde las otras áreas, tanto en los Anteproyectos como en los Proyectos.

Esta área comprende los Anteproyectos y Proyectos de arquitectura.
Los objetivos en el primer ciclo son dotar al estudiante de los conocimientos propios del anteproyecto arquitectónico en la escala municipal y sus relaciones urbanas.
En el segundo ciclo se debe abordar la temática urbana territorial a nivel de anteproyecto.
En el tercer, cuarto y quinto año el objetivo es formar al estudiante en todos los temas involucrados en la concreción de la arquitectura, a la escala del edificio considerados desde una óptica de síntesis. 

Área Tecnológica.

El objetivo del Área Tecnológica es formar en los conocimientos necesarios para lograr que la obra arquitectónica en todas sus escalas sea capaz de brindar las prestaciones de confort, estabilidad y durabilidad que se le exigen en un entorno ambiental, socioeconómico y productivo determinado.

En su enseñanza se privilegia la captación de metodologías que permitan visualizar las coordenadas que rigen las decisiones, formando conciencia crítica de las soluciones ofertadas.

Todas las asignaturas que integran el área deben contribuir al proceso de formación en el proyecto, la ejecución y el análisis del uso de las obras de arquitectura. La definición de los medios y procedimientos de materialización es parte del proceso general de enseñanza-aprendizaje en la elaboración del proyecto.

Esta área comprende las asignaturas de: Tecnología arquitectónica, Construcción, Estructuras, Topografía y Práctica Profesional de Obra.

El objetivo de las asignaturas de Tecnología arquitectónica es formar en los conocimientos que permiten crear en el estudiante la comprensión de que toda propuesta espacial se respalda en un pensamiento técnico que influye en la elaboración de decisiones sobre el proyecto.

El objetivo de las asignaturas de Tecnología arquitectónica es formar, a partir de considerarlo como parte integral de la obra arquitectónica, en el conocimiento técnico necesario para diseñar y materializar los espacios en las condiciones de higiene y confort apropiadas.

El objetivo de las asignaturas de Construcción es formar, reconociendo la estructura sistémica de sus componentes, en el conocimiento técnico particular para el diseño y la materialización del edificio, y el proceso de su producción, partes integrales de la obra arquitectónica.

El objetivo de las asignaturas de Estructuras es formar en el conocimiento técnico necesario para el diseño estructural, como parte integral de la obra arquitectónica, en todo su proceso desde el anteproyecto a la ejecución.

El objetivo de la Práctica Profesional de Obra es capacitar en la formación para dicha práctica. El objetivo de la asignatura de Topografía es el de formar en el conocimiento técnico del levantamiento topográfico, como condición previa a la labor proyectual.

Área Teórica.

El objetivo del Área Teórica es desarrollar en el estudiante la capacidad de construir un pensamiento crítico en los aspectos disciplinares de la arquitectura en sus diversas escalas, desde la óptica nacional y regional.

Las herramientas conceptuales provenientes de las reflexiones teóricas, las visiones históricas y de las dimensiones social, económica y jurídica se introducirán en el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera de fomentar la reflexión y el pensamiento crítico para permitir abordar las distintas escalas y problemas.

Todas las asignaturas que integran el área deben contribuir al proceso de formación en el proyecto, la ejecución y el análisis del uso de las obras de arquitectura. El desarrollo del pensamiento crítico es parte del proceso general de enseñanza-aprendizaje en la elaboración del proyecto.

Esta área comprende las asignaturas: Teoría y crítica de la Arquitectura, Historia de la Arquitectura Urbanismo y Ciencias Sociales.

El objetivo de las asignaturas de Teoría de la  Arquitectura será aportar en las capacidades crítico-reflexivas del estudiante en el abordaje del hecho arquitectónico, en todas sus escalas, desde el contexto actual y con una visión teórica, integral.

El objetivo de las asignaturas de Teoría de Urbanismo será dotar al estudiante de las herramientas conceptuales y las reflexiones teóricas en urbanismo, incluyendo el diseño urbano y la ordenación territorial para alcanzar los medios que desarrollen el pensamiento crítico, que permitan intervenir en la realidad de la ciudad y profundizar en el reconocimiento de la ciudad y el territorio como ámbitos de conflicto y comportamiento de los actores y agentes sociales.

El objetivo de las asignaturas de Historia de la Arquitectura será dotar al estudiante de un conocimiento de la arquitectura desde la perspectiva de las interpretaciones contemporáneas, en particular americana y nacional, mediante un análisis crítico de las ideas y los conceptos que acompañan y caracterizan su evolución.

El objetivo de las asignaturas de Ciencias Sociales será dotar al estudiante del conocimiento y las herramientas relativas a los aspectos socioculturales y económicos de la arquitectura en el contexto urbano-territorial, así como del marco jurídico de la ciudad y de la producción edilicia, de modo de desarrollar su pensamiento crítico. 

Área de apoyo.

El objetivo del área de Apoyo arquitectónico es dotar al estudiante de las herramientas que le permitan desarrollar con eficiencia las asignaturas proyectuales, tecnológicas y teóricas.

El área se compone de las siguientes asignaturas: Dibujo, Artes, Filosofía y Lógica, Matemáticas.Dibujo:

El objetivo de las asignaturas de Dibujo arquitectónico es enseñar el conocimiento técnico de dibujo arquitectónico necesario para representar los planos y  los espacios de un determinado proyecto.

Artes: El objetivo de las asignaturas de Artes es complementar la formación técnica del estudiante con conocimientos de Dibujo artístico, escultura, y música de modo que contribuyan a completar su formación humanística.

Filosofía y Lógica: El objetivo de las asignaturas de filosofía y Lógica Artes es complementar la formación técnica del estudiante con conocimientos que le posibiliten una reflexión amplia sobre el hecho arquitectónico.

Matemáticas: El objetivo de las asignaturas de Matemáticas es el de dotar al estudiante del conocimiento y las herramientas del análisis matemático y del calculo como herramientas formativas en el espíritu y el rigor profesional técnico, complementario en la formación del arquitecto.

Análisis matemático: Geometría analítica, Geometría descriptiva.Calculo: Calculo diferencial, Calculo integral

 

[1] Hegel, G. W. F., 1985, Estética, T I, Ed. Siglo veinte, Buenos Aires. P. 32, 44

[2] Ortega y Gasset, J.1977, Meditación de la técnica, ediciones de la revista de Occidente, Madrid.

[3] Vernant, J. Pierre, 1973, “El trabajo y el pensamiento técnico”, en Mito y pensamiento en la Grecia antigua), Ariel, Barcelona, 1983-1993.   

[4] Montaner, Joseph Maria, 1997, La modernidad superada. Arquitectura y pensamiento del siglo XX, Gustavo Gili, Barcelona.

[5] Gibson, William, 1989, Neuromante, Minotauro, Barcelona.
[6] Mitchell, William J.,1995,  City of Bits. Space, place and the Infobahn, The MIT Press, Boston
[7] ITU - Gómez Gavazzo C. - Arquitectura de comunidades. (1964 y 1970) 

[1] Kant, M., 1790, Critica del Juicio, Librería General V. Suarez, trad. M.G. Morente, Madrid, 1958. P. 161, §2

[2] __, p. 170, §5

[3] Kant, op. Cit. p. 222, §17

[4] __, p. 204, §15

[5] Gadamer, La actualidad de lo bello, 60

[6] Kant, op. cit. p. 186, §9
[7] Duvignaud, Jean,  1921. Sociología del arte / Trad. de M. Bustamante — Barcelona: Ed. Península, 1969.
 
Para visualizar la escritura en griego puede descargar estas fuentes

 

Categoria: 
Archivo: