Percy Cayetano Acuña Vigil

Pagina organizada por Percy Cayetano Acuna Vigil, esta dedicada a temas de informacion y de discusion del urbanismo, el planeamiento y la arquitectura, enmarcados por mi vision de la filosofia politica.

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Fragmentos de Sir Bertrand Russell

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Estimados amigos:

Adjunto un texto de Sir Bertrand Russell que tiene plena actualidad para reflexionar sobre la Arquitectura

Arquitectura y problemas sociales

 

La arquitectura, desde los tiempos mas remotos, ha tenido dos propositos: por una parte, el puramente utilitario de proporcionar calor y refugio; por otra, la finalidad politica de inculcar una idea a la humanidad por medio del esplendor de su expresion en piedra. El primer proposito bastaba, por lo que se refiere a la morada de los pobres; pero los templos de los dioses y los palacios de los reyes fueron pensados para inspirar temor a los poderes celestiales y a sus favoritos en la tierra. En unos pocos casos no se glorificaba a monarcas individuales, sino a comunidades: la Acropolis de Atenas y el Capitolio de Roma ponian de manifiesto la majestad imperial de aquellas orgullosas ciudades para edificacion de subditos y aliados. El merito estetico era considerado deseable en los edificios publicos y, mas tarde, en los palacios de plutocratas y emperadores, pero no se tenia en cuenta en las chozas de los campesinos ni en las desvencijadas viviendas del proletariado urbano.

En el mundo medieval, a pesar de la mayor complejidad de la estructura social, el proposito artistico en arquitectura estaba igualmente restringido; en realidad, mas todavia, ya que los castillos de los grandes se proyectaban con miras a la fortaleza militar, y si tenian alguna belleza era por accidente. No fue el feudalismo, sino la Iglesia y el comercio, lo que produjo la, mejor arquitectura de la Edad Media.

Las catedrales exhibian la gloria de Dios y de sus obispos. Los comerciantes en lana de Inglaterra y los Paises Bajos, que tuvieron a su servicio a los reyes de Inglaterra y a los duques de Borgona, expresaban su orgullo en las esplendidas lonjas y edificaciones municipales de Flandes y, con menor magnificencia, en muchos mercados ingleses. Pero fue Italia, el lugar de nacimiento de la plutocracia moderna, la que llevo la arquitectura comercial a la perfeccion. Venecia, la novia del mar, la ciudad que desviaba cruzadas y que atemorizaba a los monarcas unidos de la cristiandad, creo un nuevo tipo de majestuosa belleza en los palacios del dux y los de los principes mercaderes.

Contrariamente a los rusticos barones del norte, los magnates urbanos de Venecia y Genova no necesitaban soledad ni defensa, sino que vivian unos junto a otros, y creaban ciudades en las que todo lo visible para el extranjero no muy curioso era esplendido y esteticamente satisfactorio. En Venecia, especialmente, era facil ocultar la miseria: los tugurios se hallaban ocultos y alejados, en callejones interiores, donde nunca los veian los ocupantes de las gondolas. Jamas, desde entonces, ha alcanzado la plutocracia un exito. tan completo y perfecto.

En la Edad Media, la Iglesia no solamente construyo catedrales, sino tambien edificios de otra clase, mas apropiados a nuestras necesidades modernas: abadias, monasterios, conventos y colegios. Estaban basados en una forma restringida de comunismo, y proyectados para una vida social pacifica. En esos edificios, todo lo individual era espartano y simple, y todo lo comunal, esplendido y espacioso. La humildad del simple monje quedaba satisfecha con una celda tosca y desnuda; el orgullo de la orden se exhibia en la gran magnificencia de naves, capillas y refectorios. En Inglaterra, de los monasterios y las abadias sobreviven principalmente ruinas para agradar a los turistas; pero los colegios, en Oxford y en Cambridge, todavia son parte de la vida nacional y conservan la belleza del comunalismo medieval.

Con la expansion del Renacimiento hacia el norte, los toscos barones de Francia e Inglaterra se dieron a trabajar para adquirir el refinamiento de los italianos ricos. Al tiempo que los Medicis casaban a sus hijas con reyes, los pintores, los poetas y los arquitectos al norte de los Alpes copiaban los modelos florentinos y los aristocratas reemplazaban sus castillos por mansiones campestres que, con su indefension contra el asalto, senalaban la nueva seguridad de una nobleza cortesana y civilizada. Pero esta seguridad fue destruida por la Revolucion francesa, y desde entonces los estilos arquitectonicos tradicionales han perdido su vitalidad. Persisten donde las viejas formas de poder persisten, como es el caso de las adiciones de Napoleon al Louvre; pero estas adiciones tienen una florida vulgaridad, que muestra su inseguridad. Parece tratar de olvidar la constante advertencia de su madre en mal frances: "Pourvou que cela dure...".

Hay dos formas tipicas de arquitectura en el siglo XIX, debidas, respectivamente, a la produccion maquinista y al individualismo democratico: de un lado, la fabrica, con sus chimeneas; -del otro, las hileras de minusculas viviendas para las familias de la clase obrera.

Mientras la fabrica representa la organizacion economica determinada por el industrialismo, las pequenas casitas representan el aislamiento social a que aspira una poblacion individualista. Donde el alto valor del suelo hace deseable la construccion de grandes edificios, estos tienen una unidad meramente arquitectonica, no social; son bloques de oficinas, casas de apartamentos u hoteles cuyos ocupantes no forman una comunidad, como los monjes en un monasterio, sino que tratan, en todo lo posible, de permanecer ignorantes de la existencia de los demas.

En Inglaterra, dondequiera que el valor del terreno no es demasiado elevado, el principio de una casa para cada familia se reafirma. A medida que se entra por ferrocarril a Londres o a cualquier gran ciudad del norte, se pasa por calles sin fin, formadas por tales pequenas viviendas, donde cada casa es un centro de vida individual, y la vida comunitaria es representada por la oficina, la fabrica o la mina, segun la localidad. La vida social fuera de la familia, en tanto que la arquitectura pude asegurar tal resultado, es exclusivamente economica, y todas las necesidades sociales no economicas han de ser satisfechas dentro de la familia o verse frustradas. Si han de juzgarse los ideales sociales de una epoca por la calidad estetica de su arquitectura, los cien ultimos anos representan el punto mas bajo alcanzado hasta ahora por la humanidad.

La fabrica y las hileras de pequenas casas que la rodean ilustran una curiosa inconsistencia de la vida moderna. En tanto que las condiciones de la produccion la fueron convirtiendo en una cuestion de grupos cada vez mas numerosos, nuestra actitud, en general, en todo lo que se considera ajeno a la esfera de lo politico o de lo economico, ha tendido a hacerse cada vez mas individualista. Esto es cierto no solamente en materias de arte o cultura, donde el culto a la expresion del yo ha conducido a una anarquica rebeldia contra toda clase de tradiciones o convenciones, sino tambien -quiza como una reaccion contra la superpoblacion- en la vida diaria del hombre corriente y mas aun de la mujer corriente.

En la fabrica hay forzosamente vida social, lo que ha dado lugar a los sindicatos; pero en el hogar, cada familia desea aislamiento. "Vivo para mi misma", dicen las mujeres; y a sus maridos les gusta pensar en ellas sentadas en elhogar esperando el regreso del jefe de la casa. Estos sentimientos hacen que las esposas soporten, y aun prefieran, las pequenas casas separadas, las pequenas cocinas separadas, la monotonia de las las labores domesticas separadas y, mientras no estan en el colegio, el cuidado separado de los ninos. El trabajo es duro, la vida monotona y la mujer casi una prisionera en su propia casa; a pesar de todo, y aunque agota sus nervios, ella prefiere esto a una forma de vida mas comunitaria, porque el aislamiento le procura la estimacion de si misma.

La preferencia por este tipo de arquitectura esta en relacion con la condicion social de la mujer. A pesar del feminismo y del voto, la situacion de las esposas, por lo menos en las clases trabajadoras, no ha cambiado. La esposa depende todavia de los ingresos del marido y no recibe salario aunque trabaje intensamente. Siendo profesionalmente un ama de casa, le gusta tener una casa que llevar. El deseo de hallar campo para la iniciativa personal, comun a la mayor parte de los seres humanos, no se satisface para ella sino en el hogar. Al marido, por su parte, le gusta que su mujer trabaje para el y dependa economicamente de el; por anadidura, su mujer- y su casa satisfacen mas su instinto de propiedad que cualquier tipo diferente de arquitectura. En cuanto a la posesividad conyugal, tanto al marido como a la esposa, aun cuando alguna vez sientan deseos de una vida mas social, les alegra el que el otro tenga tan pocas ocasiones de encontrarse con miembros posiblemente peligrosos del sexo opuesto. Y asi, aunque sus vidas se empequenezcan y la de la mujer resulte innecesariamente penosa, ninguno de los dos desea una organizacion diferente de su existencia social.

Todo esto cambiaria si la regla, y no la excepcion, fuese que las mujeres casadas se ganaran la vida trabajando fuera del hogar. En las clases profesionales hay ya bastantes esposas que ganan dinero con su trabajo independiente como para producir, en las grandes ciudades, cierto acercamiento a lo que sus circunstancias hacen deseable. Lo que tales mujeres necesitan es un apartamento con los servicios resueltos o una cocina comunitaria que las exima de la tarea de preparar comidas, y una guarderia que se haga cargo de los ninos durante sus horas de oficina. Convencionalmente, se supone que una mujer casada lamenta la necesidad de trabajar fuera de casa, y si al final de la jornada, tiene que realizar las labores de cualquier esposa que no tenga otra ocupacion, es probable que recaiga sobre ella un considerable exceso de trabajo. Pero con un tipo de arquitectura apropiado, las mujeres podrian verse libres de la mayor parte del trabajo en la casa y en el cuidado de los ninos, con ventaja para ellas, para sus maridos y para sus ninos, y en este caso la sustitucion de los tradicionales deberes de la esposa y de la madre por el trabajo profesional seria una ventaja evidente. Todo marido de una esposa a la antigua se convenceria de esto si, durante una semana, intentase llevar a cabo las tareas de su mujer.

El trabajo de la esposa de un asalariado nunca se ha modernizado, porque no se paga; pero, en realidad, es en gran parte innecesario, y el grueso de la restante actividad podria repartiese entre diferentes especialistas. Pero para hacer esto, la primera reforma que se requiere es una reforma arquitectonica. El problema consiste en asegurar las mismas ventajas comunales que garantizaban los monasterios medievales, pero sin celibato; es decir, deberan preverse las necesidades de los ninos.

Consideremos primero las desventajas innecesarias del sistema actual, en el que cada hogar de clase obrera es autarquico, tanto en la forma de una casa separada como en la de habitaciones en un bloque de viviendas.

Los mayores males recaen sobre los ninos. Antes de la edad escolar, les falta sol y aire; su dieta es la que puede proporcionarles una madre pobre, ignorante, atareada e incapaz de confeccionar una clase de comida para los adultos y otra para los pequenos; estos estan molestando constantemente a su madre mientras guisa y hace su trabajo, de lo que resulta que la ponen nerviosa y reciben un trato aspero, tal vez alternado con caricias; nunca tienen libertad, ni espacio, ni un ambiente en el que sus actividades naturales sean inocuas.

Esta combinacion de circunstancias tiende a hacerlos raquiticos, neuroticos y sumisos.

Los males son tambien muy considerables para la madre. Tiene que combinar los deberes de una ninera, los de una cocinera y los de una sirvienta, funciones para ninguna de las cuales ha sido preparada; casi inevitablemente las realiza todas mal; siempre esta cansada y encuentra en sus hijos un motivo de fastidio en lugar de una fuente de felicidad; su marido descansa cuando termina su trabajo, pero ella no descansa nunca; al final, casi inevitablemente, se vuelve irritable, mezquina y envidiosa.

Para el hombre son menores las desventajas, ya que permanece menos tiempo en casa. Pero cuando llega al hogar no esta en disposicion de disfrutar con los reniegos de la esposa o la "mala" conducta de los ninos; probablemente acuse a su mujer, cuando debiera culpar a la arquitectura, con desagradables consecuencias, que varian segun el grado de su brutalidad.

No digo, por supuesto, que todo esto sea universal; pero digo, si, que cuando no es asi, tiene que haber una excepcional cantidad de autodisciplina, de sabiduria y de vigor fisico en la madre. Y es obvio que un sistema que requiere de los seres humanos cualidades excepcionales, solamente en casos excepcionales alcanzara buen exito. La existencia de raros ejemplos en los que tales males no aparecen, no prueba nada en contra de la maldad de tal sistema.

Para acabar con todos estos inconvenientes simultaneamente, basta con introducir un elemento comunitario en la arquitectura. Las casitas separadas y los bloques de viviendas, cada una con su cocina, deberian ser derribados. En su lugar deberia haber altos edificios en torno a un cuadrilatero central, con el lado sur mas bajo, para que penetrara la luz del sol. Una cocina comun, un espacioso salon comedor y otro salon para las distracciones, las reuniones y el cine. En el cuadrilatero central deberia haber una guarderia, construida de forma tal que los ninos no pudieran hacer dano facilmente, ni a si mismos, ni a objetos fragiles: no deberia haber escalones, ni chimeneas abiertas, ni estufas calientes al alcance de sus manos; los platos, copas y fuentes habrian de ser de material irrompible y, en general, deberia evitarse en todo lo posible la presencia de aquellas cosas que obligan a decir "no" a los ninos.

Durante el buen tiempo, la guarderia podria funcionar al aire libre; durante el mal tiempo, excepto en el peor, en habitaciones abiertas al aire por un lado. Todas las comidas de los ninos deberian tener lugar en la guarderia que podria, en forma considerablemente economica, proporcionarles una dieta mas completa que la que sus madres pueden darles. Desde el momento del destete hasta el de la escolarizacion, deberian pasar todo el tiempo, desde el desayuno hasta su ultima comida, en la guarderia, donde habrian de tener oportunidad de distraerse, y el minimo de vigilancia compatible con su seguridad.

Las ventajas para los ninos serian enormes. Su salud se beneficiaria con el aire, el sol, el espacio y los buenos alimentos; su caracter se beneficiaria con la libertad y el alejamiento del clima de constante y malhumorada prohibicion en que pasan sus primeros anos la mayor parte de los asalariados. La libertad de movimientos, que solamente se puede permitir sin peligro a un nino rodeado por un ambiente especialmente dispuesto, podria concederse casi sin restriccion en la guarderia, con el resultado de que el espiritu de aventura y la capacidad muscular se desarrollarian en ellos naturalmente, como se desarrollan en otros animales jovenes. La constante prohibicion de movimientos a los ninos pequenos es una fuente de descontento y de timidez en su vida posterior, pero es inevitable en tanto vivan en un medio adulto; la guarderia, por tanto, seria tan beneficiosa para su caracter como para su salud.

Para las mujeres, las ventajas serian igualmente grandes. Tan pronto como sus hijos fuesen destetados, podrian entregarlos, durante todo el dia, a mujeres especialmente preparadas para el cuidado de ninos pequenos. No tendrian que preocuparse por comprar comida, guisarla y fregar. Podrian salir a trabajar por las mananas y regresar por la tarde, como sus maridos; como sus maridos, podrian tener horas de trabajo y horas de ocio, en lugar de estar siempre ocupadas. Podrian ver a sus hijos por la manana y por la tarde, durante el tiemposuficiente para el cultivo de los afectos, pero no para alterar sus nervios. Las mujeres que pasan todo el dia con sus hijos, rara vez disponen de las reservas de energia necesarias para jugar con ellos; en general, los padres juegan con sus hijos mucho mas que las madres.

Aun el adulto mas afectuoso tiene que encontrar cargantes a los ninos si no encuentra un momento para descansar de sus clamorosas demandas de atencion. Pero al final de una jornada que se ha pasado lejos de ellos, tanto la madre como los ninos se sentirian mas carinosos de lo que es posible cuando han estado todo el dia encerrados juntos. Los ninos, fisicamente cansados pero mentalmente en paz, gozarian de las atenciones personales de la madre despues de la imparcialidad de las mujeres de la guarderia. Sobreviviria lo bueno de la vida en familia, sin factores irritantes y destructores del carino.

Tanto el hombre como la mujer evitarian el confinamiento en pequenas habitaciones y la sordidez, asistiendo a grandes salas publicas, que podrian ser tan esplendidas arquitectonicamente como los paraninfos de las universidades. La belleza y el espacio no tienen por que continuar siendo prerrogativa de los ricos. Se pondria fin a la irritacion que ocasiona el hacinamiento, y que tan a menudo hacen imposible la vida de familia.

Y todo esto seria la consecuencia de una reforma arquitectonica.

Robert Owen, hace mas de cien anos, fue grandemente ridiculizado por sus "paralelogramos cooperativos", que eran un intento de asegurar a los asalariados las ventajas de la vida en comunidad. Aunque la propuesta haya sido prematura en aquellos tiempos de agobiante pobreza, en muchos aspectos se acerca a lo que hoy resulta practicable y deseable. El mismo llego a establecer, en New Lanark, una guarderia sobre principios muy sabios. Pero las especiales condiciones de New Lanark lo condujeron erroneamente a considerar sus "paralelogramos" como unidades productoras, no simplemente como lugares de residencia.

El industrialismo tendio, desde el principio, a cargar excesivamente el acento sobre la produccion v demasiado poco sobre el consumo y la vida diaria; ello la sido el resultado de la prioridad otorgada a los beneficios, que se asocian unicamente con la produccion. La consecuencia es que la fabrica se ha hecho cientifica y ha llevado hasta el final la division del trabajo, mientras que el hogar ha permanecido acientifico v todavia acumula las mas diversas labores sobre las espaldas de la sobrecargada madre. Es un resultado logico del predominio del beneficio como meta, el que los mas azarosos, desorganizados y por completo insatisfactorios aspectos de la actividad humana sean aquellos de los que no se espera ningun beneficio pecuniario.

Debe admitirse, sin embargo, que los mas poderosos obstaculos a una reforma arquitectonica como la que he venido proponiendo se hallaran en la psicologia de los mismos asalariados. Aunque puedan pelearse en el, la gente quiere el aislamiento del "hogar", y encuentra en el la satisfaccion de su orgullo y de su sentido de la propiedad. Una vida comunitaria en el celibato, como la de los monasterios, no suscita el mismo problema; son el matrimonio y la familia los que introducen el instinto de lo intimo. No creo que el cocinar en privado, mas alla de lo que ocasionalmente pueda hacerse en un hornillo de gas, sea realmente necesario para satisfacer este instinto; creo que un apartamento privado con muebles propios seria suficiente para personas acostumbradas a el. Pero siempre es dificil cambiar habitos intimos.

El deseo de independencia de las mujeres, sin embargo, puede conducir gradualmente a que se ganen la vida fuera del hogar cada vez en mayor numero, y esto, a su vez, puede llevar a que un sistema como el que he venido considerando les resulte apetecible. Al presente, el feminismo esta todavia en un estadio temprano de su desarrollo entre las mujeres de la clase trabajadora, pero es probable que se incrementara, a menos que haya una reaccion fascista. Quiza a su tiempo este motivo llegue a determinar la preferencia de las mujeres por la preparacion comunitaria de alimentos y la guarderia. No sera de los hombres que surja un deseo de cambio. Los asalariados, aun cuando sean socialistas o comunistas, rara vez ven la necesidad de un cambio en la situacion de sus mujeres.

Mientras el paro sea un mal grave y mientras la falta de comprension de los problemas economicos sea casi universal, se condenara, naturalmente, el empleo de mujeres casadas como probable causa de que queden sin trabajo aquellos cuyos puestos garantizan las esposas que permanecen en su casa. Por esta razon, el problema de las mujeres casadas esta estrechamente relacionado con el problema del paro, que probablemente sea insoluble sin un considerable avance en el camino al socialismo.

En cualquier caso, no obstante, la construccion de "paralelogramos cooperativos" como los que he defendido, solamente sera practicable en gran escala como parte de un gran movimiento socialista, ya que el beneficio como unica finalidad nunca les dara lugar. La salud y el caracter de los ninos, y los nervios de las esposas, deben continuar, por tanto sufriendo mientras el deseo de beneficio regule las actividades economicas. Algunas cosas pueden alcanzarse en la busqueda de este objetivo, y otras no pueden alcanzarse; entre las que no se pueden alcanzar esta el bienestar de las mujeres y los ninos de la clase asalariada y -lo que puede parecer todavia mas utopico- la belleza de los suburbios. Pero aunque demos la fealdad de los suburbios por supuesta, como los vientos de marzo y las nieblas de noviembre, no es, en realidad, igualmente inevitable.

Si fuesen construidos por los municipios en lugar de serlo por empresas privadas, con calles planificadas y casas como salones de residencias, no hay razon para que no resulten un placer para los ojos. La fealdad, como la inquietud y la pobreza, es parte del precio que pagamos por ser esclavos de la meta del beneficio privado.

http://espanol.geocities.com/gruposer_cl/fragmentosdebrussell.htm obtenida el 17 Nov 2007 15:38:35 GMT.

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