Percy Cayetano Acuña Vigil

Pagina organizada por Percy Cayetano Acuna Vigil, esta dedicada a temas de informacion y de discusion del urbanismo, el planeamiento y la arquitectura, enmarcados por mi vision de la filosofia politica.

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Arquitectura en Irlanda. El Boom de la arquitectura.

Frente al boom de la construccion que se ha venido desarrollando en las principales ciudades del pais no se puede decir que ha habido un boom de la arquitectura. La evidencia muestra que lo que se ha desarrollado es una avalancha de construcciones con el fin de maximizar las ganancias sin cumplir con el objetivo de servicio que tiene la arquitectura, aprovechandose de la demanda insatisfecha que existe en las ciudades del pais, y ante la ausencia, en parte, de una sociedad civil que le de orientacion y critica a este proceso caotico.

Esta finalidad fundamental de la arquitectura ha desaparecido, frente a la banalidad y al "todo vale", incluso promovido desde las instancias municipales, en parte por ignorancia de quienes tienen la tarea de "defender" la ciudad y por las mismas universidades en donde se forma a los futuros arquitectos, dentro del canon establecido por la sociedad mediatica del consumo y de la imitacion. El articulo que adjunto muestra como esta situacion se ha presentado en Irlanda y senala algunos de los problemas de esta situacion

El tigre celta
Luis Fernandez-Galiano.

La espectacular prosperidad irlandesa alimenta un boom inmobiliario que esta suburbanizando aceleradamente el pais, pero impulsa tambien un auge arquitectonico donde se reflejan las luces y las sombras de la modernizacion cultural y el exito economico. (Foto: Hisao Suzuki)

Irlanda avanza a lomos de un tigre. El dragon somnoliento de la isla esmeralda se ha transformado en un felino tan feroz y flexible como sus congeneres del Pacifico, y el pais feerico de Yeats se ha convertido en un atleta atlantico que exhibe su musculatura financiera asegurando hallarse mas proximo de Boston que de Berlin. Pero ese tigre celta --como lo denomino hace ya una decada Morgan Stanley-- tiene un corazon de sombra, y el milagro economico irlandes anuda su madeja en torno a una oquedad silenciosa y sonora de poblaciones baldias y abrasion cotidiana.

El progreso material y la modernizacion mental han fabricado margenes desvalidos e identidades desvaidas, personas prescindibles y vidas indiferentes, en una exacerbacion del individualismo y de la anomia que nos refleja en su espejo concavo. Son dos historias de exito de la Union Europea , pero Irlanda es Espana acelerada, con menos impuestos y menos infraestructuras, mas rapido crecimiento y mayor inmigracion relativa; su presente es quiza nuestro futuro, y esa circunstancia hipotetica alienta una mirada de admiracion y advertencia.

En la ultima Bienal de Arquitectura de Venecia, la que se jacta de ser la economia mas globalizada del planeta exploro los escenarios territoriales que se perfilan en los anos que vienen, tras haber experimentado en la ultima decada un espectacular proceso de crecimiento urbano.

El motor irlandes ha de buscarse en la manufactura de alta tecnologia y el terciario cualificado --el pais es lider en la exportacion de software--, soportados por la educacion extensiva, el idioma ingles y una reducida tributacion empresarial que han fomentado la implantacion de multinacionales y hecho crecer la productividad cuatro veces mas que el promedio de la Union Europea ; pero el impulso economico reside tambien en un boom inmobiliario que coloniza los paisajes de la isla con una extension unanime de viviendas unifamiliares, una colosal dispersion de residencias que hace interminables los desplazamientos de la casa al trabajo, organiza la vida en torno al coche --en ausencia de transportes colectivos eficaces-- e incrementa la dependencia energetica del pais: una conspiracion de disfunciones que los comisarios de la muestra veneciana proponian alterar con un transito de lo SubUrbano a lo SuperRural, un lema afortunado donde la regeneracion moderna de la naturaleza reemplaza la degeneracion fragmentada de la ciudad.

Mientras Irlanda reinventa su porvenir urbano, la actualidad de su arquitectura ofrece indicios de su escision contemporanea y de la creciente brecha fisica y emocional entre los que han podido subir al tren vertiginoso de la globalizacion y aquellos olvidados en un apeadero donde ya no se detiene convoy alguno.

Dos matrimonios y parejas profesionales pueden servir de guia en esta excursion de extremos: la irlandesa Roisin Heneghan y el neoyorquino de origen chino Shi-Fu Peng, ambos titulados al final de los 80 y formados en el estudio en Princeton de Michael Graves, ilustran con su trabajo la dimension mas cosmopolita de la Irlanda actual; por su parte, Sheila O'Donnell y John Tuomey, que tras titularse en Dublin en 1976 complementaron su formacion en la oficina londinense de James Stirling, ofrecen con su ultima obra un relato pedagogico de los margenes sociales de un pais incandescente.

Heneghan y Peng acaban de terminar una sede municipal de vidrio diagonal y aristas veloces que se inserta en el entorno casi rural del condado de Kildare con el aplomo mediatico de un visitante metropolitano, pero esta obra nueva no les distrae de su principal empeno: el Gran Museo Egipcio en El Cairo, una colosal construccion frente a las piramides --levantada en parte con creditos blandos japoneses-- que ganaron en concurso hace tres anos, y que ahora ejecutan como lideres de un equipo con ingenieros en Londres --el grupo de Cecil Balmond en Ove Arup-- y paisajistas en Rotterdam --el West 8 de Adrian Geuze--. Desde su amplia y luminosa oficina dublinesa, la pareja realiza exquisitas maquetas cortadas con laser, disena detalles minuciosos y aplica metodos organizativos americanos a sus colaboradores europeos en este proyecto africano financiado por asiaticos.

Lejos del centro de la ciudad, O'Donnell y Tuomey llegan a su estudio en bicicleta y ensenan encantados la recien aparecida monografia sobre su trabajo, que muestra en portada la Glucksman Gallery de Cork, un pequeno museo seleccionado en la penultima edicion del Premio Stirling. El libro no incluye la obra mas reciente, la Cherry Orchard School, una escuela bajo cuyo nombre bucolico se esconde la realidad dramatica de un barrio devastado por la delincuencia y la droga, poblado por adultos derrotados y ninos que vagan por las calles, abandonados por las familias desventradas y la sociedad indiferente.

Promovida por un cura visionario, la escuela quiere ser el hogar sustituto de esa infancia asilvestrada, adiestrando a los menores en las practicas domesticas que no han conocido en sus casas --de la higiene corporal a la preparacion de los alimentos--, pero aun esta experiencia generosa tiene limites cronologicos y materiales dictados por la prudencia: unicamente se aceptan ninos muy pequenos, porque los mayores de diez anos se juzgan irrecuperables; y la escuela se ha construido resistente al vandalismo, con muros solidos y bovedas de hormigon sin tejas o chapas que puedan arrancarse. Solo una concesion lograron los arquitectos de las autoridades educativas que debian aprobar el proyecto: las altas tapias que segregan el recinto de la selva urbana circundante no serian de bloque de hormigon, como las de la carcel proxima, sino de ladrillo, a fin de que los ninos no asocien las dos instituciones.

Dublin es una ciudad literaria, y el visitante que la recorre siguiendo las huellas de Leopold Bloom o Stephen Dedalus --como quien peregrina a la catedral de San Patricio en busca de Jonathan Swift, o a Trinity College en homenaje a Oscar Wilde y Samuel Beckett-- dificilmente se extraviara en estos barrios amenazantes y desolados. Sin embargo, la urbe de Joyce es tambien la de Bacon, y la reconstruccion del estudio londinense del pintor en el interior de la High Lane Gallery --el museo municipal de arte contemporaneo-- ofrece una metafora visual de los jirones de tiniebla que rayan el esplendor del tigre celta: en penumbra, rodeado por las carnes tristes de algunos lienzos y las promesas de felicidad solar de sus diccionarios, gramaticas y manuales de espanol, italiano y griego, el caos abisal y abyecto del estudio se ofrece a la mirada tras un vidrio de urna y de sepulcro.

Francis Bacon, que murio en Madrid en nuestro annus mirabilis de 1992, fue incinerado sin testigos en el cementerio de la Almudena , pero sus restos genuinos yacen en la confusion desesperada de este cubil de papeles y pintura. La Irlanda de la diaspora, que un dia fue brasa, regresa como polvo al vientre nutricio de la nacion mitica, ayer dormida y hoy jinete insomne de un animal de oro y de ceniza.

http://www.elpais.com/articulo/arte/tigre/celta/elpepuculbab/20070120elpbabart_11/Tes

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